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Andropausia


La declinación de los niveles de testosterona en el hombre se observan más comúnmente a partir de los 30 años de edad aunque sus síntomas empiezan a ser aparentes en torno a los 40 años. A partir de esa edad un importante porcentaje de la población masculina mundial comienza a manifestar los efectos debidos a los niveles suboptimos o francamente disminuidos de testosterona, situación conocida como andropausia o menopausia masculina.

La testosterona es una hormona anabólica muy importante, que desempeña un rol trascendental en la salud física y mental. Podemos aventurar que la perdida de testosterona incrementa la mortalidad.

La andropausia se caracteriza por la presencia de los siguientes signos y síntomas:
Sudoración nocturna
Disfunción eréctil
Disminución del deseo sexual
Disminución de las capacidades físicas y mentales
Perdida de la ambición
Depresión
Irritabilidad
Pérdida de masa muscular
Pérdida de masa ósea
Ganancia de peso
Insulinorresistencia
Síndrome metabólico.


La andropausia es una enfermedad letal: 
Incrementa el envejecimiento del corazón y las arterias 
Aumenta el envejecimiento del cerebro
Genera el llamado síndrome de fragilidad por promover la sarcopenia y la osteopenia
Produce insulino resistencia 
Sindrome metabólico
Incrementa la incidencia de cáncer.


El gran problema de la andropausia es su relación con el incremento de grasa visceral abdominal. Estas células grasas son las más insulino resistentes de organismo. Poseen un exceso de receptores para el cortisol y muy escasos receptores para la insulina. A medida que envejecemos se registra un incremento en los niveles de insulina y de cortisol, a la vez que disminuyen los de las hormonas de crecimiento, testosterona  y progesterona. Este desbalance hormonal genera mayor acumulación de triglicéridos en la grasa visceral abdominal predisponiendo a la insulino resistencia y al síndrome metabólico. 

La declinación de la producción de testosterona junto a la disminución temprana de los niveles de progesterona como también ocurre en la mujer, genera una situación denominada predominancia de estrógenos. Este nivel elevado de estrógenos actúa sobre el eje hipotálamo-hipofisario-testículo en forma de feedback negativo disminuyendo la secreción de GNRH por parte del hipotálamo y de FSH y LH por parte de la hipófisis, lo cual agrava aúnmás el déficit en la producción de testosterona. 

Además, los estrógenos tienen la particularidad de estimular la producción de SHBG (globulina trasportadora de hormonas sexuales) por parte del hígado. Si, disminuye la proporción de testosterona libre. Finalmente, las células grasas viscerales poseen una abundante cantidad de enzimas denominadas aromatasa que transforma la testosterona en estrógeno, especialmente en estrona que es un estrógeno peligroso, por lo general puede desencadenar problemas como la hiperplasia prostática benigna o cáncer de próstata. 

No caben dudas de que la andropausia es una enfermedad letal.