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Obesidad y Sobrepeso

En los últimos años la prensa en un abordaje laico mediante entrevistas con algunos profesionales del área de la salud se crearon conceptos de dieta ortomolecular como una forma de tratamiento de los pacientes por encima del peso, además de enfatizar la íntima relación que existe con la dieta del grupo sanguíneo.

Es importante resaltar la inexistencia de la vivacidad de los hechos, una vez que, hasta el presente momento,  la dieta otromolecular no existe como tal y, menos aún,  está identificada y representada con la ‘’ dieta del grupo sanguíneo’’.  Por el contrario, la medicina ortomolecular estableció un concepto teórico aplicable en la práctica de los factores que estarían relacionados con la obesidad en la modulación de los diferentes tipos de substratos bioquímicos que, determinan la compulsión y la saciedad del hambre. De esta manera, a través de la modulación bioquímica nutricional es posible controlar totalmente la ganancia de peso de los pacientes, estimular su reducción y establecer parámetros que lo lleven a un estado de salud óptimo y permanente; no temporal, como sucede con la mayor parte de los tratamientos para adelgazar.

En la última década, los principios científicos y de reproducción fueron colocados predominantemente como forma para establecer los mecanismos  y las prioridades que puedan determinar el éxito terapéutico en la mayoría de los pacientes sometidos a los tratamientos ortomoleculares, basados en la visión bioquímica de la actividadmetabólica del organismo. Partiendo de esta simplicidad conceptual, podemos observar la existencia de varios factores asociados a la obesidad y al aumento de peso, desde los genéticos, los endocrinos, los metabólicos a los nutricionales.

Los tiempos actuales inducen la hiperalimentación y el sedentarismo, favoreciendo el aumento de peso, razón por la cual la obesidad es considerada una enfermedad endémica, predominante en los países de primer mundo.  Se cree, que esto es el resultado del propio proceso evolutivo del hombre, de la industrialización que permitió una situación mucho más cómoda y confortable.

Ejemplos clásicos de esta situaciones banales se citan a continuación: el aparato de control remoto que facilito la necesidad de que nos levantemos del sillón; el coche, el autobús o de la motocicleta que provocaron un acortamiento de las distancias y una disminución de las actividades físicas; los alimentos que ingerimos no por necesidad sino por las sensaciones olfativas, gustativas y visuales que nos producen; las multinacionales crearon gustos y definen aquello que es saludable y que no.

Pero la prensa, la propaganda y la necesidad de lucrar  hacen que muchos de estos productos conocidos como insalubres sean comercializados, vendidos y su consumo estimulado como forma de obtener logros. Y debido a la presencia continua de estímulos, determinan la fácil aceptación por parte de la gran masa del público, que de una o de otra manera termina teniendo un cierto grado de tendencia para estos tipos de alimentos que llevan a situaciones, muchas veces, difíciles de resolver, transformándose en una trampa nutro-neuro-metabolico-endocrino, de la cual el paciente no consigue salir.

Se pasan los años y los costos de los tratamientos de la obesidad aumentan tanto en lo que se refiere a los medicamentos, hospitales, procedimientos de diagnósticos, así como tratamientos quirúrgicos, llevando así, a situaciones de mayor cantidad de dinero invertido en emergencias porque tienen que ser aplicados por los gobiernos en la búsqueda de controlar esta enfermedad.
Después que descubren el tamaño del perjuicio en el área de la salud que estos tipos de tratamiento llegan a producir, se realizan grandes campañas para intentar reducir la idea de su consumo. Evidentemente en este ínterin, las lesiones residuales provocadas, muchas veces de carácter irreversible, terminaron encareciendo a las instituciones que financian los proyectos de cuidado de la salud de diferentes gobiernos.
Basados en este principio podemos definir que la obesidad no es necesariamente solo un antojo y si una gran forma por parte de la población  de ganar peso.

En muchos de los casos ella fue nítidamente inducida a través de grandes campañas organizadas por multinacionales en un intento de introducir alimentos y situaciones que favorezcan los diferentes mecanismos que determinen el aumento de peso, los medios de transportes, que se atascan en el tráfico, debido al gran número de vehículos que existen en las principales vías de acceso, determinan periodos mucho más prolongados de permanencia en reposo, aumentando así los niveles de estrés, lo cuales es un motor extremadamente importante asociado a la obesidad.

Sin embargo, el estrés no es un factor asociado con la locomoción, está asociado con la gran competitividad que se vive en la actualidad. El número de personas sobre la superficie terrestre ha aumentado considerablemente y, el número de oportunidades, no ha crecido con la misma velocidad. Esto ha creado un nivel de competitividad del mismo espacio muy alto, provocando así diferentes situaciones de estrés. Y, seguramente, en las últimas décadas ha sido uno de los factores más importantes asociados con la ganancia de peso. El estrés no solo desregula los neurotransmisores, sino también, las sustancias químicas que aumentan la retención de agua y sal, que facilitan la conversión del azúcar en triglicéridos, a través de la síntesis de los ácidos grasos. Todos estos factores han ayudado considerablemente a la ganancia de peso.

Por eso para obtener el éxito en el combate de la obesidad, no existe exclusivamente un fenómeno de dieta, hay un tratamiento integral donde todos los factores de riesgos  asociados a la ganancia de peso tienen que ser modulados (nutro-neuro-metabolico-endocrino-genotipo), a través de conductas físicas, bioquímicas, mecánicas y medicamentosas, para que obtengamos el resultado deseado.
 Fundamentalmente la mayoría de los tratamientos realizados en pacientes que presentan aumento de peso no tienen efecto porque forma parte de un patrón preestablecido.

Se le realiza exámenes laboratoriales y lo revisa un nutricionista, se prepara una dieta, se prescribe un medicamento, lo orienta a hacer actividades físicas, pero, nos olvidamos de la mayor parte de los factores que rodean a los pacientes  (nutro-neuro-metabólico-endocrino) los cuales actúan favorable o desfavorablemente en el aumento de peso. Dejamos que un protocolo preestablecido, como si fuera una ecuación infalible,  defina el tratamiento de pacientes con obesidad.

Básicamente, la obesidad es definida como una dolencia crónica de origen alimentario-endocrino- metabólico que puede tener una base genética, caracterizada por un aumento de la masa grasa y una disminución del gasto metabólico. Es el clásico ejemplo, de que el aumento de peso similar al de una cuenta de ahorro bancaria, mientras más depositamos en la misma y menos gastamos, mayor será el volumen de la cuenta. Para perder el peso evidentemente tendríamos que hacer una disminución en el depósito o un aumento del gasto del mismo lo cual nos llevará hacia una situación de equilibrio energético y una pérdida progresiva de la masa grasa.